¿Hasta qué edad aprendemos?

¿Y qué tiene que ver esto con UX Research?

Relacionado a nuestro propio proceso de aprendizaje

Si alguna vez has pensando en cambiarte de trabajo, de quehacer, reinventarte laboralmente (como yo lo hice, y muchos otros UX), quizás emprender, o simplemente aprender algo nuevo, puede que la edad haya sido un tema, una limitante para ti o alguien a tu alrededor. Espero que estas lineas te aporten a esa perspectiva.

A mí, este tema me es cercano, si no me conoces, antes me dedicaba a otro aspecto del quehacer profesional como psicóloga, atendiendo pacientes en psicoterapia y en otra parte del tiempo apoyaba investigaciones ligadas a la primera infancia. Un poco diferente de lo que hago hoy, pero no tanto. A mediados de mis 30’s decidí hacer un cambio, jugármela con todo por un cambio de carrera, fui parte del Bootcamp de Laboratoria, y fue la mejor decisión. En el Bootcamp, la mayoría estaba en sus 20’s pero habíamos algunas en los 30’s, y unas pocas en 40’s ¿qué más maravilloso? La motivación por aprender y generar cambios en nuestra vida no tienen edad.

Pero en ese momento no sabíamos todo lo que vendría después, eran solo expectativas y sueños. Mientras estaba en el Bootcamp, recuerdo que alguien me dijo, «que bueno que lo haces ahora porque a los 35 se termina de aprender»…

Ni siquiera se me hubiera ocurrido que uno parara de aprender en algún momento, mis padres, a finales de sus 60’s dedican sus fines de semana a leer y aprender, pero parece que hay ciertas ideas difundidas, y mitos de que sí hay una edad límite para aprender.

Ahora, después de varios años del comentario, me puse a buscar bibliografía del tema y una de las cosas que encontré tiene que ver con cómo se muestra el ir envejeciendo en los medios, con un cambio positivo en los últimos años sobre cómo se muestra esto de ser mayor, esta forma más positiva influye en cómo son vistos por personas jóvenes y, por sí mismos, mejorando la autoestima. Los medios nos ayudan a difundir una concepción de lo que significa envejecer, ser adulto, promoviendo o descartando estereotipos (Yläne, 2015).

La edad en ese sentido, es una construcción social, a la que todos aportamos, y en la que los medios de comunicación nos muestran ciertos estereotipos, ideas y expectativas de lo que debiera ser, estar y tener en diferentes etapas del ciclo vital de acuerdo a la edad. Pero esas expectativas, hoy obsoletas, chocan con las nuevas realidades económicas y demográficas, así como a los cambios en las metas, los valores y las preferencias de las personas. En ese mismo estudio, señalan un aumento en la diversidad en cada categoría de edad que se acompaña de desigualdades acumulativas en todas las fases de la vida (Kampen et al, 2023). No hay una forma de ser joven, adulto joven, adulto mayor, ni universal ni local, somos diferentes, porque tomamos decisiones, y nuestros contextos son diferentes.

Estos contextos cambiantes y las decisiones individuales producen sorprendentes variaciones en las experiencias de individuos de la misma edad en diferentes períodos de tiempo, y en las vidas de quienes están vinculados a ellos (Referencia pendiente).

Las neurociencias también tienen algo que decirnos:

«Una de las grandes aportaciones de las neurociencias en educación es la mentalidad de crecimiento : aquella que nos permite afrontar mejor los retos al creer que nuestras habilidades personales pueden desarrollarse» .

Anna Forés (Fuente: ABC, 2012)

Si no lo has visto, te recomiendo el Ted Talk de Carol Dwek.

Video Ted Talk de Carol Dwek.

¿Hasta qué edad se aprende? Relacionado a nuestros usuarios

Hasta aquí llegué con el aprendizaje en lo personal, como una práctica constante y para toda la vida. Entonces pensé, estas expectativas, ideas y pre concepciones de lo que debiera ser yo, o una persona en general «de cierta edad, de cierto género, de cierto lugar en el que vive», como diseñadores de experiencia, pueden afectar las decisiones de diseño para nuestros usuarios porque en el caso de la edad: «son mayores y ya no van a aprender», o ideas del estilo.

Ahí la importancia que veo de hacernos conscientes de nuestros sesgos, que se manifiestan a la hora de hacer investigación con usuarios, para que mediante una investigación profunda nos lleve a descubrir los dolores, expectativas y necesidades reales, y no «validar» las que imaginamos o creemos que tienen, porque mi usuario «tiene tal edad, es de tal género, vive en tal sector, etc.». Sino que podamos mirar más allá de la demografía para entender los modos y contextos de vida, y cómo nuestros diseños se insertan en esa complejidad.

Si te gustaría comentarme tu experiencia y conocimiento en relación al tema, yo feliz de leerte/escucharte. Puedes dejar tu comentario en el post del artículo en Linkedin en este enlace.

Se ven las manos sosteniendo un libro y un café.

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